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La planificación financiera familiar inicia por la comprensión de la situación económica general de tu familia y lo que anhelan alcanzar en equipo. Se trata de una estimación anticipada de la trayectoria futura de las ganancias, gastos y ahorros. El principal objetivo es conseguir un panorama más claro acerca del estado de nuestras finanzas en un cierto plazo de tiempo.

La clave se encuentra en buscar el equilibrio entre los gastos regulares que podrías hacer y el avance de tus objetivos a corto y largo plazo. Conocer cómo manejar de forma inteligente la economía de tu hogar influirá de forma positiva sobre tu situación financiera. A continuación te contamos más sobre cómo gestionar la economía familiar, generar un plan de ahorro, y avanzar hacia el cumplimiento de tus metas económicas.

¿Cómo empezar la planificación familiar?

Uno de los principales factores que repercuten sobre el bienestar de los hogares es la situación financiera. No obstante, a pesar de ello, en muchas ocasiones no se gestiona una adecuada planificación familiar. Por consiguiente, se pasan por alto distintos hábitos y aspectos que podrían repercutir de forma negativa sobre el estado económico de cada integrante de la familia.

Para evitar esto y comprender cómo manejar prudentemente las finanzas familiares, es crucial iniciar analizando cada uno de los elementos que integran la situación económica:

Ganancias / ingresos

En este punto estamos hablando del monto de dinero que producimos con cierta tarea laboral. Si cuidamos el equilibrio, no tenemos que sobrepasarnos con los gastos y generar un endeudamiento excesivo, siempre que sea posible.

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Gastos

Este es uno de los componentes más delicados dentro de la administración financiera doméstica. Esto se debe a que estamos hablando de una reducción del capital, que por lo general es ocasionada por la compra de bienes o servicios. Si bien existen ciertos gastos imprevistos, tenemos la posibilidad de anticiparnos y planificar los gastos que sí podemos prever.

Los gastos pueden categorizarse de la siguiente forma:

  • Gastos fijos: se repiten de forma regular, generalmente mes a mes, y tienen un importe conocido. Por ejemplo, la cuota de electricidad, agua, gas, teléfono, internet, alquiler, préstamos hipotecarios o de automóvil, seguros, cuotas del préstamo estudiantil, etc.
  • Gastos variables: como su nombre lo indica, pueden cambiar mes a mes y no tienen un monto fijo establecido. Como ejemplo, podemos tener en cuenta los gastos en alimentos, viajes, actividades de entretenimiento, servicios médicos, etc. Pese a que no podemos eliminarlos por completo, es posible reducirlos en gran medida si adoptamos hábitos financieros saludables.
  • Gastos hormiga: se trata de pequeños gastos cotidianos o frecuentes. Son un poco engañosos puesto que, aunque parecen insignificantes individualmente, pueden ser acumulativos y afectar en gran medida sobre el presupuesto a largo plazo. Algunos ejemplos son los cafés que compramos fuera de casa, los snacks, las compras online impulsivas, pedir comida para llevar con frecuencia, consumir datos móviles en exceso, entre otros.

Ahorros

Considerar este aspecto es fundamental si se desea alcanzar el éxito en la planificación financiera familiar. Los ahorros son la suma de dinero que apartamos con el objetivo de tenerlos multiplicados a futuro. Podemos guardarlos para lograr un objetivo en particular, como la compra de una propiedad, o bien dejarlos como un colchón financiero para afrontar situaciones imprevistas.

¿Cómo ahorrar para la planificación familiar?

Para comenzar a diseñar un plan de ahorro es indispensable que tengas presente ciertas pautas que te ayudarán a alcanzar tus metas financieras, como:

  • Registra cada plan de ahorro asociándolo a un propósito claro y definido, que te sirva de motivación.
  • Inicia con objetivos pequeños que puedas alcanzar a corto plazo.
  • Luego continúa por metas más grandes que pautes a mediano y largo plazo.
  • Establece la suma que debes ahorrar para alcanzar cada propósito.
  • Determina el plazo de tiempo que te tomará alcanzarla.
  • Reduce o descarta por completo gastos que no sean imprescindibles. Toma consciencia sobre los gastos innecesarios y evita las compras impulsivas. Antes de adquirir algo, pregúntate a ti mismo si en realidad es imprescindible.
  • Evita comprar muchas unidades de un mismo producto comestible, en especial, porque se podrían echar a perder si no llegas a consumirlos antes de su fecha de vencimiento.
  • Haz comparación de los precios de los productos que compras y evalúa si podrías adquirir uno similar de menor costo.
  • Revisa de forma periódica tu plan de ahorro para asegurarte de que sigue siendo relevante y ajústalo según consideres necesario.
  • Aprende sobre finanzas personales e inversiones. A medida que alcances una mayor comprensión de tu situación financiera, mejores decisiones podrás tomar para lograr tus metas. En este artículo encontrará algunos consejos de lectura sobre el tema.
  • Considera invertir tus ahorros.

Recomendaciones financieras esenciales para mejorar tu planificación familiar

Define un momento para planificar junto a tu familia

Ahora que cuentas con una noción más clara acerca de qué debes considerar al momento de diseñar un plan de ahorro, es importante que tú y tu familia se sienten a definir sus objetivos para los años venideros. En conjunto es vital que conversen acerca de qué quieren lograr y cómo podrían alcanzar dichas metas. Las mismas deben ser realistas y se debe considerar que habrá que financiarlas con el ahorro de mínimamente el 10% del total de los ingresos.

Hacer un listado con metas a corto, mediano y largo plazo

Las aspiraciones a corto plazo podrían abarcar desde que los padres realicen capacitaciones de crecimiento profesional, hasta pasar unos días en la playa o visitar universidades si tu hijo o hija está haciendo la educación secundaria.

Una meta a mediano plazo podría ser ahorrar para la compra o cambio de una casa en los próximos cinco a diez años. Esto demanda una planificación financiera más prolongada que las metas a corto plazo, pero no tan extensa como las metas a largo plazo. Generar un plan de ahorro específico para el enganche y otros costos relacionados con la adquisición de una vivienda te permitirá avanzar hacia este gran objetivo.

Por otra parte, los propósitos a largo plazo pueden abordar metas más significativas, como financiar los estudios universitarios o asegurar la jubilación. Es probable que consideren la posibilidad de realizar inversiones a largo plazo, permitiendo que su capital crezca con el tiempo.

De forma adicional, no deben descuidar propósitos básicos que se deben tener en cuenta para conservar la salud financiera. Esto abarca conservar un fondo de emergencia que debe cubrir entre tres y seis meses de gastos básicos. En otras palabras, este respaldo necesita ser suficiente para pagar tus gastos esenciales, como renta o hipoteca, servicios públicos, comida y otros elementos claves, durante ese período de tiempo.

De igual forma, es primordial que establezcan un plan para liquidar las deudas, por sobre todo las que presentan altas tasas de interés.

Armar un presupuesto familiar

La próxima recomendación para alcanzar el éxito en la planificación financiera familiar consiste en elaborar un presupuesto detallado. Este debe incluir las ganancias, gastos y ahorros.

Monitorización constante y ajuste del presupuesto

Para asegurar la coherencia entre el presupuesto y los objetivos financieros familiares, es imprescindible medir de manera constante el progreso o retroceso, controlar cualquier cambio y realizar ajustes necesarios.

Por el contrario, si los gastos no están alineados con los objetivos económicos previstos, los recursos se destinarían a cosas que no contribuyen ni ayudan a alcanzar los logros financieros deseados.

En estas circunstancias, podría surgir la tentación de sacrificar el ahorro a largo plazo ante gastos inmediatos. Por ejemplo, podríamos decir: “Si nuestras vacaciones soñadas son ahora y el retiro está lejano, ¿por qué no utilizamos dichos ahorros para un viaje inolvidable?” Sin embargo, esta decisión, a pesar de darnos placer temporal, sería desaconsejable si se desea mantener una planificación financiera coherente en el transcurso de los años.

Uno de los peores errores que se pueden cometer en la administración de la planificación financiera familiar es destinar fondos de metas a largo plazo para satisfacer objetivos de corto plazo. Supongamos que en lugar de destinar los 75000 pesos mexicanos planeados para la ampliación de la inversión inmobiliaria, decidimos invertir tan solo la mitad, utilizando el saldo restante para comprar el último y más codiciado modelo de teléfono celular del mercado. ¿Crees que valdría la pena? ¡Definitivamente no! Por ello es importante ser cuidadosos y evitar las compras impulsivas.

Planifica y organiza las compras de alimentos

Enfrentar el desafío de mantener una nevera balanceada nos lleva a reflexionar sobre cuántas veces hemos ido al supermercado sin una lista de compras. Lo peor de todo es que en estas ocasiones, al regresar al hogar, nos damos cuenta que terminamos derrochando el dinero en productos poco saludables y nos olvidamos lo que realmente hacía falta en casa.

Para evitar estas compras imprudentes, es recomendable que cada integrante de la familia pueda anotar los productos que de verdad necesita en una pizarra. Esto nos ayudará a crear una lista y controlar los impulsos de comprar cosas que no necesitamos.

Limitar el dinero destinado a actividades de ocio

Para evitar gastar más de lo que queremos en entretenimiento, podemos dividir el presupuesto mensual en cantidades más pequeñas para cada fin de semana. Esto nos permitirá mantener un control efectivo sobre nuestros gastos de ocio, y garantizará que no excedamos nuestras intenciones presupuestarias. Dicho de otra manera, se trata de una gestión más detallada y consciente de los recursos, fomentando así una adecuada planificación familiar. De este modo, podremos ser capaces de disfrutar de actividades recreativas, sin comprometer significativamente nuestras metas financieras.

Decidir cuántos hijos tener

La decisión de cuántos hijos tendrán, es una de las más relevantes que una pareja pueda tomar. En este punto, es determinante considerar la situación financiera de ambos, puesto que los hijos son una considerable fuente de importantes gastos. Por lo tanto, la pareja debe asegurarse de que cuenta con el capital suficiente para cubrir las necesidades de sus hijos, como los estudios, la cobertura médica y la vivienda.